Expresamos enérgica protesta con motivo de la decisión sobre la expulsión de diplomáticos rusos adoptada por varios países de la UE y la OTAN.

Interpretamos este paso como inamistoso que no responde a las tareas e intereses de establecer las causas y encontrar a los culpables del incidente ocurrido el 4 de marzo del corriente en Salisbury. El provocador gesto de solidaridad con Londres en el denominado “caso de los Skripal” dado por estos países que se dejaron llevar de la rienda por las autoridades de Gran Bretaña, sin darse el trabajo de esclarecer las circunstancias de lo ocurrido, aviva la confrontación y tiende a escalar la situación.

Lanzando acusaciones indiscriminadas contra la Federación de Rusia, sin dar explicaciones de lo ocurrido y renunciando a entablar una interacción eficaz,   las autoridades de Gran Bretaña de hecho adoptan una postura preconcebida, sesgada e hipócrita.

Se trata del atentado contra la vida de ciudadanos rusos en el territorio de Gran Bretaña. Pese a nuestros reiterados oficios remitidos a Londres, la parte rusa no dispone de información alguna sobre el particular. Tampoco disponen de datos objetivos y exhaustivos los aliados de Gran Bretaña que se aferran ciegamente al principio de unidad euroatlántica en menoscabo del sentido común, de las normas de un diálogo interestatal civilizado y los principios del Derecho Internacional. Cae de su peso que el paso inamistoso dado por este grupo de países no pasará desapercibido y tendrá su réplica por nuestra parte.