Comentario de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, con relación a la situación con los almacenes de medicamentos en Alepo oriental:
Consideramos relevante llamar la atención a un aspecto significativo de las posturas de la llamada “comunidad humanitaria internacional” acerca de cuanto ocurre en Siria.
Tras concluirse la operación de liberación de los terroristas de Alepo oriental, en los almacenes de esta parte de la ciudad se descubrieron considerables reservas de medicamentos, equipo médico y alimentos. Esta información en más de una ocasión fue confirmada por las autoridades sirias y una serie de cargos oficiales de la ONU, así como por los representantes de las delegaciones extranjeras que habían tenido la oportunidad de visitar esta zona.
Al mismo tiempo nos acordamos perfectamente de como a finales de 2016 durante una campaña propagandística de gran envergadura se habló del déficit de medicamentos en Alepo oriental. La operación encaminada a erradicar aquel foco del terrorismo se presentó como el prólogo de una terrible catástrofe humanitaria. La necesidad de suministrar medicamentos a la ciudad fue servida como un imperativo humanitario y una condición previa de la retirada de los terroristas de Alepo oriental. Varias ONGs, entre los cuales se encontraban Cascos blancos, así como Médicos sin fronteras y la Sociedad médica siria estadounidense, recurriendo a todos los métodos de la propaganda disponibles difundían datos sobre la escasez de medicamentos en Alepo. Bastaría con acordarse del titular del artículo que publicó The Washington Post a mediados de noviembre de 2016. Decía “Muerte inminente de 250.000 personas en Alepo”.
No era la primera vez que datos de entrada falsos facilitados por las mencionadas ONGs por desgracia empezaran a pasarse de mano en mano, por los cargos de la Secretaría de la ONU, incluido el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios, Stephen O´Brian. En aquellas condiciones las autoridades sirias y la Federación de Rusia acabaron siendo criticadas, sin que hubiera para ello razón alguna.
Dada esta circunstancia, es de sorprender que la mentira descubierta y las absurdas conclusiones sobre la supuesta catástrofe humanitaria en Alepo oriental a causa de escasez de medicamentos no haya obtenido explicaciones ni evaluaciones por parte de la OMC. Me gustaría preguntar a la directora general de la OMC, Margaret Chan, y al Secretario General Adjunto de la ONU, Stephen O´Brian, ¿en base a qué se hicieron las conclusiones sobre una escasez aguda de medicamentos en Alepo oriental? No será que las mencionadas organizaciones humanitarias estaban facilitando los datos incorrectos a la ONU, mientras que llenaban de medicamentos los almacenes de los terroristas? ¿De qué forma podrían haber acabado los medicamentos en la zona controlada por los terroristas? ¿Qué estructuras pueden haber sido involucaradas en ello? Todo parece indicar que, al dejarse llevar por las ONGs politizadas, las estructuras humanitarias de la ONU han dañado mucho su reputación.
Por nuestra parte, seguiremos buscando con insistencia respuestas a todas las preguntas por nosotros planteadas. Exigimos a la Secretaría de la ONU que se lleve a cabo una minuciosa investigación interna para establecer a qué nivel se tomó la decisión de silenciar la existencia de medicamentos en Alepo del este y por qué los datos en cuestión no fueron facilitados a la comunidad internacional.