Traducción no oficial

El discurso pronunciado por la Primer Ministra de Gran Bretaña Theresa May el pasado 5 de septiembre en el Parlamento Británico sobre el así llamado “Caso Skripal” y el incidente del envenenamiento de dos ciudadanos británicos en Amesbury fue formulado en un tono absolutamente inaceptable. Este discurso contiene una serie de acusaciones incuestionables contra la Federación de Rusia y dos, como se afirma, ciudadanos nuestros. Rechazamos decididamente estas insinuaciones.

En particular, nos hemos fijado en la declaración que “sólo Rusia tiene la capacidad técnica y experiencia de uso del así llamado “Novichok”, así como razones de emplearlo en Salisbury”. Esta “afirmación” fue hecha inmediatamente tras la publicación en la Haya el día anterior del informe de la Secretaría Técnica de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) sobre los resultados del trabajo de especialistas de esta organización a petición de Londres en relación con el incidente en Amesbury.

El Informe, en particular, dice que los resultados del análisis de las pruebas ecológicas y biomédicas seleccionadas por los expertos de la OPAQ confirman las conclusiones británicas sobre el origen de la sustancia tóxica que envenenó a dos ciudadanos de Gran Bretaña en Amesbury. Según la composición química de la sustancia se trata de un agente nervioso, el mismo que fue encontrado en las pruebas que figuran en el caso del envenenamiento de los Skripal y del policía Nick Bailey el pasado 4 de marzo en Salisbury. Al mismo tiempo, es significativo que el informe no contiene ni una palabra sobre el origen de este agente neurotóxico. No menciona el mismo término “Novichok” que en su tiempo fue frívolamente lanzado por los “manipuladores políticos” británicos.

Volvemos a subrayar que ni la OPAQ ni el laboratorio británico en Porton Down simplemente no tienen la posibilidad de determinar el país de origen de las sustancias venenosas de Salisbury y Amesbury. Estudios sobre tales compuestos químicos vienen realizándose durante varias décadas en una serie de países, entre ellos EEUU, Gran Bretaña, Alemania, Suecia, República Checa, Países Bajos. Lo confirma la información inclusive de las fuentes abiertas sobre los resultados de investigaciones independientes. Nuevamente lo destacamos para aquellos que posiblemente tienen “memoria corta”.

Este tema requiere una consideración profundizada por parte de la OPAQ. Llamamos a la Secretaría Técnica de la Organización a examinar cuidadosamente la información que los Estados miembros de la Convención envían en respuesta a la solicitud de la Secretaría Técnica acerca de los productos químicos no controlados por la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas (CPAQ). Rusia, en particular, oficialmente presentó en mayo del año corriente el documento de 400 páginas que contiene una lista de alrededor de mil nuevos tipos de agentes nerviosos neurotóxicos que sería pertinente considerar desde el punto de vista de la modificación del Anexo de la CPAQ en cuanto a sustancias químicas. Nos gustaría saber el volumen de semejante información recibida de aquellos países donde el famoso “Novichok” se asocia sin apelación con Rusia. ¿Y en general enviaron ellos tal información a la Haya?
Está claro que a la Parte Británica no le importa las conclusiones de los expertos de la OPAQ. Para Londres es esencial vincular la OPAQ a sus indignantes acusaciones de Rusia, en forma francamente desleal “atar” esta organización a los resultados de las investigaciones correspondientes que se llevan a cabo por químicos militares de Porton Down. Es decir, lograr que la OPAQ “selle” las acusaciones sin pruebas.

Seguimos oponiendo hechos a los intentos de promover la histeria antirrusa acerca del “Caso Skripal”. Es lamentable que la Secretaría Técnica de la OPAQ voluntariamente o involuntariamente se encuentra implicada en los juegos políticos sucios de Gran Bretaña y de sus aliados a quienes no les importan lo que Convención exige.

Anteriormente señalamos en varias ocasiones que en la CPAQ no hay nada que requiera que la Secretaría Técnica apoye al Estado miembro en lo que se refiere a la confirmación de resultados de la investigación nacional. Estrictamente hablando, se presta ayuda a los Estados miembros que la necesitan para cumplir con sus obligaciones en virtud de la Convención principalmente relacionadas con la destrucción de las reservas de armas químicas. Normalmente esto es el caso de países donde no hay equipamiento o especialistas correspondientes. Entendemos que los británicos tienen todo lo arriba mencionado en abundancia. El citado laboratorio de Porton Down es precisamente el lugar donde fueron realizados y siguen llevándose a cabo estudios con la sustancia conocida en Occidente como “Novichok”.

Según la CPAQ si un Estado Parte plantea preguntas a otro Estado Parte en este caso se utiliza el procedimiento de consulta. Se puede realizarlas directamente en un formato bilateral o con la asistencia de la Secretaría Técnica y el Consejo Ejecutivo de la OPAQ. Hicimos las propuestas correspondientes a los británicos muchas veces, las rechazaron. Ahora bien, Londres ha optado por ello.

Recordamos la inutilidad de los intentos de «hacer malabarismos» con las cláusulas de la Convención, acumulando acusaciones infundadas. Londres debe regresar al campo legal de este documento.

En próximas fechas, volveremos a informar a la comunidad internacional con la «historia de la cuestión». Vamos a hacerlo en La Haya y en Nueva York. Estamos seguros de que tarde o temprano se pondrá fin a los intentos británicos de encontrar excusas para nuevos ataques contra Rusia.